Eric Berne
El Dr. Eric Berne (1910-1970), médico psiquiatra, fue el fundador y creador inicial del Análisis Transaccional. Berne siguió los pasos de su padre, médico generalista de profesión, que murió a los 38 años de tuberculosis, cuando Eric contaba con apenas 11 años.
Biografía
Eric Berne nació el 10 de mayo de 1910 en la Ciudad de Montreal, Canadá, donde en 1935 obtuvo el título de medicina y cirurgía. Posteriormente se trasladó a los Estados Unidos donde en 1938 se tituló en psiquiatría en Yale. En este país ejerció como psiquiatra, creó un sistema llamado el Análisis Transaccional (AT), el cuál definió como "una teoría de la personalidad y de la acción social y un método clínico de psicoterapia basado en el análisis de todas las transacciones posibles entre dos o más personas, sobre la base de estados del yo específicamente definidos”.[1]
Como era habitual en ese lugar y época, inicia su formación en el modelo psicoanalítico siendo su psicoanalista Paul Federn, discípulo y estrecho colaborador de Sigmund Freud, y que se interesó especialmente sobre los estados yoicos. Al trasladarse para vivir en Carmel (California) prosigue su psicoanálisis con Erik Erikson, psicoanalista de la psicología del yo.
Ese mismo año de 1947, Berne escribe The Mind in Action (en español hay una traducción titulada Mecanismos de la Mente), obra divulgativa que utiliza un vocabulario popular y varias historias cotidianas que ejemplifican diversos aspectos de la psiquiatría y del psicoanálisis. El prefacio de esta obra es de Abrahan A. Brill que, siendo uno de los introductores del psicoanálisis en EE. UU., muestra su perplejidad al valorar a Berne del que dice; “posee la feliz facultad de documentar y presentar procesos mentales abstrusos de una manera tan sencilla y tentadora, que puede mantener el interés incluso de un fatigado lector de temas psicoanalíticos".[2]
Este estilo accesible de lectura lo mantendrá siempre. Lo mantiene en los artículos sobre la intuición y la comunicación publicados entre 1949 y 1956, año en que fue rechazado como miembro de la Sociedad Psicoanalítica de San Francisco. Tras ello prosigue con la teoría que gestaba y que comienza a publicar en el artículo de 1958 Análisis Transaccional: un nuevo y efectivo método de terapia de grupo. En el mismo muestra un modelo que incorpora aspectos de comunicación en los que resuenan los postulados de su vecino y amigo Gregory Bateson.
Aunque buscó alternativas para lograr una psicoterapia más eficaz, fue respetuoso con las teorías psicoanalíticas en las que se formó. Se rodeó de un equipo de colegas y organizó regularmente unos seminarios en San Francisco (California), para compartir sus experiencias como terapeutas de grupo y con vistas a desarrollar un modelo de "psiquiatría social" basado en el estudio de las interacciones (transacciones psicológicas) entre las personas y sus estados del yo, al que llamó Análisis Transaccional.
El Análisis Transaccional (AT) es una escuela de psicología enfocada al mejoramiento personal y social.
Su objetivo era lograr un modelo de abordaje terapeutico accesible y práctico para todos: "que lo pudiera entender un niño". Sus principales enfoques son:
- Destaca los aspectos sociales y de interrelación.
- Desarrolla un lenguaje no técnico y asequible a la comprensión del paciente.
- Mantiene la consideración positiva del otro como perteneciente a la naturaleza humana.
- Objetivo de la terapia: ayudar a la persona a restaurar o potenciar la posición existencial original: "yo estoy bien, tú estas bien".
"Eric Berne es uno de los autores más originales que han escrito sobre comunicación, que supo conectar muy bien con un público de millones de lectores y su sistema sigue teniendo una gran actualidad, porque anticipó las principales cuestiones teóricas de la ahora llamada Sociedad de la Información." Felicísimo Valbuena
Berne dedicó 12 años a desarrollar su teoría, cuyo primer libro tituló Análisis Transaccional en Psicoterapia (1961) estó fue una revolución en el campo de la comunicación interpersonal, de grupo o de masas. Esto le costó que no le quisieran dar el título de psicoanalista, título que le fue concedido póstumamente y que fue entregado por su hijo pequeño, Terry Berne, a Francisco Massó Cantarero como agradecimiento por haber hecho la mejor exposición sobre su padre que él había oído en toda su vida. Para Berne el rechazo fue un duro golpe, que combatió intensificando su gran ambición de añadir algo nuevo al Psicoanálisis. Cómo Freud siguió su lema extraído de La Eneida: «Flectere si nequeo Superos, Acheronta movebo» (Si no puedo doblegar a los dioses de lo alto, moveré a Aqueronte (los infiernos)». Freud creó el Psicoanálisis, como Eric Berne creó el Análisis Transaccional.
En este primer libro expone su modelo de personalidad (estados del yo), de acción social (transacciones) y de la imbricación de ambos aspectos en el modo de organizar la vida en lo inmediato (aislamiento, rituales, pasatiempos, actividad, juegos psicológicos e intimidad) y a largo plazo (guión de vida). Los conceptos continúan siendo narrados en un lenguaje accesible cuya relectura y reflexión facilita descubrir la amplitud de su significado.
Tras publicar en 1963 The Structure and Dynamics of Organizations and Groups, libro no traducido aún al español y en el que desarrolla diversos aspectos psicológicos del funcionamiento grupal; en 1964 publica Games People Play (traducida al español como "Juegos en que participamos") que en ese año se convierte en un best-seller en EE. UU. Le siguen en 1966 Principles of Group Treatment (traducida como "Introducción al tratamiento de grupo"), en 1968 A Layman’s Guide to Psychiatry and Psychoanalysis (reedición de The Mind in Action y traducida como “Mecanismos de la mente”) y en 1970 Sex in Human Loving (deplorablemente traducida como "¿Qué hace usted del amor cuando hace el amor?").
Berne escribe todas estas obras en un lenguaje accesible que permite que el lector capte la información nuclear en una primera lectura y entienda las implicaciones de la misma en lecturas posteriores. Mantiene también este estilo en What do you say after you say hello? ( traducida como "¿Qué dice usted después de decir “hola”?"), obra que termina de elaborar en 1970 en el hospital de Monterrey, donde se encuentra hospitalizado por haber sufrido un infarto el 26 de junio.
Atrás queda el seminario clínico de Monterrey que, desde 1950, se celebraba los jueves y estaba constituido por personas dedicadas profesionalmente a la salud. También queda el seminario que, la noche de los martes, se celebraba en San Francisco y que en 1958 se organizó como el Seminario de Psiquiatría Social de San Francisco, cuyos miembros eran heterogéneos en su dedicación laboral; se agrupaban profesionales de la salud, “pacientes” y personas de ocupaciones diversas interesadas en el AT, coherente con la línea de Berne de hacer accesible el ámbito de lo psiquiátrico. En 1964, pasa a denominarse Seminario de Análisis Transaccional de San Francisco, y su miembros, junto con lo del de Monterrey, crean la International Transactional Analysis Association (ITAA) (Asociación Internacional de Análisis Transaccional)
Eric Berne muere a los sesenta años, el 15 de julio de 1970, en el Hospital de Monterrey a causa de un infarto. Unos meses antes, el 14 de marzo de 1970, había muerto Fritz Perls, el creador de la Terapia Gestalt, a los 76 años. Fueron dos hombres geniales, pero Eric Berne aportó grandes ideas al mundo de la comunicación.
Teoría de la Personalidad
Estados del yo
En su última obra, Berne define los estados del yo como «sistemas coherentes de pensamiento y sentimiento manifestados por los patrones de conducta correspondientes»;[3] son los componentes de la personalidad y pueden clasificarse en tres tipos llamados Adulto, Padre y Niño. Cada persona durante cada día puede ubicarse en un tipo u otro, variando su modo de sentir, pensar y actuar según el estado del yo en que se encuentre.
Gráficamente, Berne representa este modelo con tres círculos alineados verticalmente rodeados por una línea que los engloba, la cual suele omitirse para simplificar el diagrama, al igual que se utilizan las iniciales P, A y N.
Padre: la persona siente, piensa y actúa de modo similar a la versión que ha interiorizado de una figura relevante de su infancia. Estas figuras son principalmente los padres, y también abuelos, tías y tíos, hermanos y hermanas varios años mayores, cuidadoras, vecinos e incluso personajes de películas. Así, alguien puede comprar fruta pidiéndola con la misma frase que utilizaba su madre reproduciendo su modo de cruzarse de brazos y sostener la cartera, a la vez que piensa que hay que vigilar la balanza del peso pues hay que desconfiar de los tenderos.
Adulto: acorde con las capacidades que se han ido desarrollando a lo largo de la vida, los conocimientos que ha ido adquiriendo y la experiencia que ha venido acumulando, la persona en su momento actual tiene un modo de sentir más estable, un modo de pensar que considera tanto lo específico e inmediato como el contexto general y las consecuencias y puede modular su comportamiento. Quien esté situado en un estado del yo Adulto, además de sentirse muy alegre con el millón de euros ganado en la lotería, sopesa qué hacer con el mismo. Por eso, mantiene el anonimato frente a los representantes de entidades bancarias que se agolpan en la administración donde registró el boleto y que ofrecen vistosos regalos si el afortunado guarda el dinero en su banco.
Niño: el modo de sentir, pensar y actuar es similar al de cómo lo hacía la persona en determinadas épocas de su infancia; la cual se caracteriza en general por la preferente intensidad y volubilidad emocional, pensamiento predominantemente centrado en lo inmediato y comportamiento tendente a ser impulsivo. Una persona de cincuenta años ubicada en este tipo de estado del yo, puede entusiasmarse ante una oferta de calzado de “pague 2 y llévese 3” y comprar cuatro pares de zapatos; sin dar importancia a que los números que quedan son dos tallas superiores a la suya, del mismo modo que quería de pequeño un abrigo por sus colores vistosos, aunque le estuviera muy pequeño.
En resumen: a cada tipo de estados del yo le corresponden unos modos genéricos de sentir, pensar y actuar y cada persona presentará unas características específicas de cada uno de ellos, así como una tendencia a ubicarse predominantemente en un tipo o en otro. De este modo quien se sitúe preferentemente en un tipo Padre, presentará con frecuencia comportamientos de estilo protector y directivo o incluso sobreprotector y autoritario; expresará pocas inferencias intuitivas y creativas y disfrutará menos de lo inmediato (características de un tipo de estado del yo Niño); también tomará escasas decisiones y acciones adaptadas a las condiciones cambiantes del entorno (aspectos del tipo Adulto). Berne denomina exclusión de un tipo de estado del yo, sea Padre, Adulto o Niño, cuando la persona no suele ubicarse en él, pudiendo atañer a uno o a dos de ellos. En otros casos, un estado del yo Adulto puede presentar parcialmente características que corresponden a un estado del yo Padre, como ocurre en el caso de los prejuicios y los tópicos en que una persona o un grupo consideran como hechos las creencias trasmitidas por tradición. Otras veces, un estado del yo Adulto puede en parte mostrar aspectos relativos a un estado del yo Niño, como sucede en las ilusiones, en que alguien toma como certezas las creencias de la infancia. Ambos casos se denominan contaminación, pues el discurrir del pensamiento de estilo adulto tiene por objeto justificar la creencia en vez de averiguar su veracidad. De este modo, alguien puede dar indicios de una contaminación doble, pudiendo combinar el prejuicio de “Hay que desconfiar de los extraños” y la ilusión de “La gente no me tiene en cuenta”. Así es como concluye: “Dice que le interesa mi opinión para ridiculizarme cuando se la dé”.
También, y con frecuencia, las personas desarrollan diálogos internos al situarse alternativamente en un estado del yo y otro, como es el caso de alguien que se dice a sí mismo “Vamos, adelante, que tú eres capaz de hacerlo” (estado del yo Padre) y replica “A por ello” (estado del yo Niño).
Teoría de la Comunicación
Según Berne, las personas tienen tres “hambres” básicas principales:[4] de estímulos, de reconocimiento y de estructura. Para mantener su bienestar requieren estimulación sensorial, tal como mostró Spitz en 1945 tras sus investigaciones con niños, o expusieron los estudios sobre privación sensorial efectuados en la década de los 60. Además necesitan que se les reconozca, «una versión adulta de la necesidad del niño de ser tocado, en la cual el “toque verbal” reemplaza al toque físico».[5] Y precisan estructurar el espacio físico, el organizar el ámbito social y programar su tiempo.
Las “hambres” de estimulación sensorial y de reconocimiento se atienden con estímulos táctiles o sociales, que en inglés reciben el nombre de “strokes”, y en español “caricias”. «Caricia: la unidad de reconocimiento, ej. “Hola”».[6] Su esencia es que hacen que la persona se sienta viva y que los demás reconozcan su existencia, sea porque la elogian sinceramente (caricias positivas), la adulan para manipularla (caricias positivas falsas), o la rechazan (caricias negativas). En este último caso pueden valorarla e incapacitarla (caricias negativas de lástima) o agredirla con el gesto, con palabras o con golpes (caricias negativas agresivas). Una persona puede llegar a preferir recibir caricias negativas a estar sin estimulación y reconocimiento: es lo que sucede dentro de algunos niños a quienes sus padres sólo atienden cuando hacen trastadas o en algunos adultos que concurren a programas televisivos donde los organizadores y el público los degradan.
Hay interacción social cuando alguien da una respuesta a quien previamente le ha estimulado. Berne denomina transacción al par estímulo-respuesta y «Una transacción consistente en un solo estímulo y una sola respuesta, verbal o no verbal, es la unidad de acción social. Es llamada transacción porque cada participante gana algo, y por eso es por lo que se involucra en ello.»[7]
Considerando que hay transacciones que las personas pueden establecer en un nivel manifiesto o nivel social y en uno oculto o nivel psicológico,[8] al representar a cada participante por medio del diagrama de los estados del yo y a cada elemento de la transacción (estímulo o respuesta) mediante una flecha, podemos representar los tipos de transacciones.
Simple complementaria: establecida en un solo nivel, están implicados dos estados del yo y uno de los participantes responde desde el estado del yo al que el otro participante ha dirigido el estímulo y hacia el estado del yo que lo ha emitido.
Estímulo (E): “¿Me invitas a un café?”
Respuesta (R): “Sí”
Simple cruzada: también establecida en un solo nivel, un participante responde desde un estado del yo distinto al que el otro ha dirigido el estímulo y hacia un estado del yo distinto al desde el que lo ha emitido.
Estímulo (E): “Me invitas a un café”
Respuesta (R): “¡Qué malos modales!”
Ulterior angular: la persona que emite el estímulo lo hace, en nivel social o manifiesto, hacia un cierto tipo de estado del yo y en el nivel psicológico u oculto hacia otro tipo de estado del yo. Quien lo recibe puede responder de modo complementario desde uno u otro de los estados del yo estimulados hacia el estado emisor.
Estímulo nivel social (Es): “Me gustaría que tomáramos otro café, pero no me queda dinero”. Estímulo nivel psicológico (Ep): “¿Me invitas a un café?”
Posible Respuesta 1: “Pues te invito yo”.
Posible Respuesta 2: “Pues vámonos”
Ulterior doble: quien estimula, lo hace en el nivel social manifiesto, hacia un cierto tipo de estado del yo y en el nivel psicológico u oculto hacia otro tipo de estado del yo. Quien lo recibe también responde en dos niveles, desde los estados del yo estimulados a los estados emisores.
Estímulo nivel social: “¿Subes a casa a tomar un último café?” Estímulo nivel psicológico: “¿Jugamos?”
Respuesta nivel social: “Sí, gracias”
Respuesta nivel psicológico “¡Vamos!”.
Además de atender a las “hambres” de estímulo y de reconocimiento, las transacciones atienden al “hambre de estructura” pues su secuencia conlleva la estructuración del tiempo.
Berne estima que las seis formas básicas de estructurar el tiempo a corto plazo[9] son el retraimiento, los rituales, las actividades, los pasatiempos, los juegos y la intimidad.
En el retraimiento la persona está presente pero su atención puede estar centrada en fantasías o en cuestiones profesionales alejadas de la situación social en que se encuentra. Sin embargo, los rituales conllevan una notable interacción, si bien son las costumbres sociales las que estipulan la secuencia de transacciones, como en el caso de “Buenos días”-“Buenos días” Los pasatiempos, aunque parcialmente estipulados por las costumbres, permiten introducir transacciones con un estilo personal. Es lo que sucede cuando se reúnen parejas y debaten sobre las dificultades surgidas con los hijos e hijas adolescentes (pasatiempo llamado “Asociación de Padres de Familia”;[10] y así, junto con los tópicos habituales, introducen variantes que subrayan lo especialmente difícil que es el propio caso.
En las actividades, habitualmente la secuencia de transacciones se produce entre estados del yo Adulto de los participantes, del estilo: “¿Temperatura?” – “40º C”, “¿Soluciones?” – “Antitérmicos y antibióticos”
Teoría de Los Juegos
En el análisis transaccional, Berne presentó los juegos como «series de transacciones ulteriores, de naturaleza repetitiva, con un saldo bien definido. Dado que una transacción ulterior significa que el agente pretende estar haciendo algo, mientras realmente está haciendo algo distinto, todos los juegos implican un timo».[11] El saldo suele ser complacerse en sentimientos de culpa, incompetencia, pena, miedo o rencor que se denominan “rackets”,[12] término del argot estadounidense que se refiere a negocios ilegales. Un racket, como por ejemplo el rencor, se puede ir incrementado en sucesivos juegos, como si se acumulasen cupones, hasta un punto en el cual la persona se cree suficientemente justificada para actuar; por ejemplo, agrediendo.
En su best-seller Games People Play (Juegos en que participamos), Eric Berne expone múltiples pasatiempos y juegos, así como las antítesis de ellos, que son modos de neutralizarlos.
En What do you say after you say hello? (¿Qué dice usted después de decir “hola”?), menciona el triángulo dramático, elaborado por Stephen Karpman,[13]y según el cual, a lo largo del juego, los jugadores ocupan una de tres posibles papeles: Perseguidor, Salvador y Víctima, pudiendo pasar de uno a cualquier otro según la fase del juego.
Por último, está la intimidad; Berne la define como «una relación libre de juegos, sincera, con un mutuo dar y recibir sin explotación».[14]
Teoría del Guión
En la estructuración del tiempo a largo plazo (meses, años) la persona puede estar siguiendo un guión, que Eric Berne define como «un programa en curso, desarrollado en la primera infancia bajo la influencia parental, que dirige la conducta del individuo en los aspectos más importantes de su vida».[15]
Desde la temprana infancia, el niño irá fraguando su propio guión, ya que interioriza versiones de mensajes de las figuras relevantes: órdenes, prohibiciones, permisos, atribuciones o procedimientos, hayan sido emitidos intencionadamente de modo verbal o no verbal, o mostrados sin intención como modelo de comportamiento. Aceptará interiorizarlos por la insistente repetición de los mismos (mantra) o por el modo impactante, incluso traumático, en que él los ha percibido.
Los mensajes interiorizados y las experiencias vividas contribuyen a que la persona, ya desde la infancia, se adscriba con preferencia a una de las siguientes posiciones de autovaloración y valoración de los demás, también llamadas "posiciones existenciales":
Yo estoy bien (soy bueno/a) | Tú estás bien (eres buena/o): lo cual supone que se valora y estima favorablemente a sí mismo y que valora favorablemente a ese “otro”: específicamente, a una persona concreta y genéricamente, a una persona cualquiera.
Yo estoy bien (soy bueno/a) | Tú estás mal (eres mala/o): implica una autoestima favorable y una valoración desfavorable de los demás, ante los que puede tomar una actitud perseguidora (“Hay que eliminarles”) o salvadora (“Hay que rescatarles de su situación”).
Yo estoy mal (soy malo/a) | Tú estás bien (eres buena/o): conlleva una desfavorable autoestima frente a una favorable valoración de los demás, con estado emocional triste, se tiene como incapaz e indefenso/a e irradia pesimismo, desgana hacia la actividad (abulia), marcada dificultad de disfrute (anhedonía) y desinterés por la situación emocional de los demás (apatía). Sin embargo, esta posición con marcados aspectos depresivos, permite a quien en ella se ubica suponer que es posible no estar así, pues se atribuye que los demás están de otra manera.
Yo estoy mal (soy malo/a) | Tú estás mal (eres mala/o): fomenta la desesperación, pues la persona se valora desfavorablemente, al igual que hace con los demás, quedando la esperanza de poder estar bien muy remota, o tal vez inexistente.
La posición preferida y los mensajes interiorizados condicionarán las características del guión que propiciará elegir las personas con quienes relacionarse, que han de estar en sintonía con dicho guión y que la persona irá desarrollando mediante retraimiento, rituales, pasatiempos y juegos y que irá adaptándolo sucesivamente para adecuarlo a las circunstancias cambiantes.
La persona elige el argumento del guión a una edad temprana, en la cual sus capacidades están poco desarrolladas, tiene pocos conocimientos adquiridos y acumula pocas experiencias vitales. Por ello, el programa elegido dista bastante de ser el adecuado para las circunstancias que irán surgiendo en la vida, de modo que los logros y las satisfacciones que se obtienen con él, están considerablemente alejadas de las que la persona podría alcanzar. Además, al no tener plena consciencia del guión, tenderá a repetir decisiones y acciones equivocadas, atesorar “rackets” y anquilosarse en posiciones existenciales dañinas para sí y para otros.
Obra
- A Montreal Childhood, Sevilla: Jeder (2010). Memorias de su infancia y juventud.
- La intuición y el Análisis Transaccional, Sevilla: Jeder (2010). Recopilación de artículos traducidos al español.
- Ego States in Psychotherapy: Am. J. Psychother., 11: 293-309
- Intuition V. The Ego Image. Psychiatric Quarterly, 31: 611-627 (1957)
- Transactional Analysis in Psychotherapy. New York: Grove Press. Inc. (1961). Versión castellana: Análisis Transaccional en Psicoterapia. Buenos Aires: Editorial Psique [1985].
- The Structure and Dynamics of Organisations and Groups, Philadelphia: Lippincott (1963)
- Games People Play. New York: Grove Press Inc. (1964). Versión castellana: Juegos en que participamos. México: Editorial Diana, 180 reimpresión [1986]
- Principles of group treatment. New York: Grove Press (1966). Versión castellana: Introducción al Tratamiento de Grupo. Barcelona: Ediciones Grijalbo, 10 Edición [1983].
- Sex in Human Love. City National Bank, Beverly Hills. Califonia (1970). Versión castellana: Hacer el amor. Qué hace usted con el amor cuando hace el amor. Buenos Aires: Editorial Alfa Argentina. [1975].
- What do you say after you say hello?. New York: Grove Press, 10 Ed. (1973). Versión Castellana: ¿Qué dice usted después de decir hola?. Barcelona: Ediciones Grijalbo, 140 Edición [1974].
- The Mind in Action. New York: Simon and Schuster (1947).
- A Layman’s Guide to Psychiatry and Psychoanalysis. London: Penguin Books (1971).
- A Layman’s Guide to Psychiatry and Psychoanalysis. New York: Ballantine Books Edition
- Intuition and Ego States. San Francisco: International Transactional Analysis Association (1977).
- A Montreal Childhood. Sevilla: Editorial Jeder (2010).
Véase también
- Análisis transaccional
- Psicología
- Psicoterapia
Referencias
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 40
- ↑ Berne, Eric(en inglés). The Mind in Action. New York: Simon and Schuster. 1947. p. ix
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 31
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 41 y 42
- ↑ Berne, Eric (en inglés). Principles of group treatment. New York: Grove Press Inc. 1966 p. 230
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 496
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 40
- ↑ Berne, Eric (en inglés) The Structure and Dynamics of Organizations and Groups. New York: Ballantine Books. 1975. p. 248 y 249
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 42
- ↑ Berne, Eric (en inglés). Games People Play. London: Penguin Books Ltd. 1968. p. 39
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 43
- ↑ Berne, Eric (en inglés). Principles of group treatment. New York: Grove Press Inc. 1966. P.308
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 217
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 45
- ↑ Berne, Eric (en inglés). What Do You Say After You Say Hello?. London: Corgi Books. 1975 p. 462
Bibliografía
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- Berne, Eric(1985). Análisis Transaccional en Psicoterapia. Buenos Aires: Editorial Psique.
- Berne, Eric (1983). Introducción al Tratamiento de Grupo. Barcelona: Ediciones Grijalbo, S.A.
- Berne, Eric (2007). Juegos en que participamos. Barcelona: RBA Libros, S.A.
- Berne, Eric (1982). ¿Qué hace usted del amor cuando hace el amor? Barcelona: Editorial Laia.
- Berne, E (2010) La intuición y el Análisis Transaccional. Sevilla, Jeder Libros.
- Blakeney, R. N. (1979) Manual de Análisis Transaccional. Buenos Aires: Editorial Paidós.
- Chandezon, G.; Lancestre, A. (2001). El Análisis Transaccional. Madrid: Ediciones Morata, S.L.
- Friedlander, M. G. - Editora (2007). Artículos seleccionados de Análisis Transaccional. Madrid: Editorial CCS.
- Harris, T. (2003). Yo estoy bien, tú estás bien. Barcelona: Random House Mondadori, S.L. y (2011) Málaga, Editorial Sirio.
- Herederos de Eric Berne (2010). La Intuición y el Análisis Transaccional. Sevilla: Editorial Jeder
- James, M.; Jongeward, D. (1975). Nacidos para triunfar. México: Fondo Educativo Interamericano, S.A.
- Kertész, R. (2003). Análisis Transaccional Integrado. Caseros: Editorial IPPEM.
- Manning, S. – Editor (2011) Artículos seleccionados de Análisis Transaccional / 2. Madrid: Editorial CCS
- Martorell, J. L. (2000). El Guion de Vida. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer, S.A.
- Martorell, J. L. (2002). El Análisis de Juegos Transaccionales: un estudio empírico. Madrid. UNED
- Massó, F. (2007). Análisis Transaccional I. Cómo nos hacemos persona. Madrid: Editorial CCS.
- Massó, F. (2008). Análisis Transaccional II. Educación, autonomía y convivencia. Madrid: Editorial CCS.
Enlaces externos
- International Transactional Analysis Association - ITAA (en inglés)
- Web sobre Eric Berne
- Formación en Análisis Transaccional
- Master en Análisis Transaccional