Neumonía

Neumonía

Rayos X de tórax donde se evidencia neumonía complicada en el lóbulo inferior derecho con efusión.
Clasificación y recursos externos
CIE-10 J12, J13, J14, J15, J16, J17, J18, P23
CIE-9 480-486, 770.0
CIAP-2 R81
DiseasesDB 10166
MedlinePlus 000145
Sinónimos
  • Pulmonía (En desuso)
 Aviso médico 
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La neumonía[1] o pulmonía[2] es una enfermedad del sistema respiratorio que consiste en la inflamación de los espacios alveolares de los pulmones.[3] La mayoría de las veces la neumonía es infecciosa, pero no siempre es así. La neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía intersticial). La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido, hinchado y se vuelva doloroso. Muchos pacientes con neumonía son tratados por médicos de cabecera y no ingresan en los hospitales. La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o neumonía extrahospitalaria es la que se adquiere fuera de los hospitales, mientras que la neumonía nosocomial (NN) es la que se adquiere durante la estancia hospitalaria, una vez transcurridas las 48 horas o dos semanas después de recibir el alta.

La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo, y puede llegar a ser mortal, especialmente entre personas de edad avanzada y entre los inmunodeprimidos. En particular los pacientes de sida contraen frecuentemente la neumonía por Pneumocystis. Las personas con fibrosis quística tienen alto riesgo de padecer neumonía debido a que continuamente se acumula fluido en sus pulmones.

Puede ser altamente contagiosa, ya que el virus se disemina rápidamente en el aire; ya que puede propagarse por medio de estornudos, tos y mucosidad; un paciente que ha padecido neumonía puede quedar con secuelas de ésta en su organismo por mucho tiempo, esto lo hace potencialmente contagioso y las personas más propensas a contraerla son las que estén en curso de una gripe o un cuadro asmático, entre otras enfermedades del aparato respiratorio.

Fisiopatología

NEUMONÍA
Neumonías infeccciosas
  • Neumonía bacteriana
  • Neumonía vírica
  • Neumonía por hongos
  • Neumonía por parásitos
  • Neumonía atípica
  • Neumonía adquirida en la comunidad
  • Neumonía asociada a ventilación mecánica
  • Síndrome agudo respiratorio
Neumonías causadas por agentes infecciosos o no infecciosos
  • Neumonía aspirativa
  • Neumonía lipoidea
  • Neumonía eosinófila
  • Bronquiolitis obliterante con neumonía organizativa
Neumonías no infecciosas
  • Neumonía química

Los enfermos de neumonía infecciosa a menudo presentan una tos que produce un esputo (flema) de color marrón o verde y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles. La disnea es el signo temprano más específico y sensible. El dolor torácico pleurítico también es común, éste es un dolor agudo o punzante que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre, sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda. Otros síntomas posibles son falta de apetito, cansancio, cianosis, náuseas, vómitos y dolores articulares o musculares. Las formas menos comunes de neumonía pueden causar otros síntomas, por ejemplo, la neumonía causada por Legionella, ya que puede causar dolores abdominales y diarrea,[4] mientras que la neumonía provocada por tuberculosis o Pneumocystis puede causar únicamente pérdida de peso y sudores nocturnos. En las personas mayores, la manifestación de la neumonía puede no ser típica. Pueden desarrollar una confusión nueva o más grave, o experimentar desequilibrios, provocando caídas.[5] Los niños con neumonía pueden presentar muchos de los síntomas mencionados, pero en muchos casos simplemente están adormecidos o pierden el apetito.

Los síntomas de la neumonía requieren una evaluación médica inmediata. La exploración física por parte de un asistente sanitario puede revelar fiebre o a veces una temperatura corporal baja, una velocidad de respiración elevada (taquipnea), una presión sanguínea baja (hipotensión), un ritmo cardíaco elevado (taquicardia), o una baja saturación de oxígeno (SatO2), que es la cantidad de oxígeno en la sangre revelada o bien por pulsioximetría o bien por gasometría arterial (GASA). Los enfermos que tienen dificultades para respirar (disnea), están confundidos o presentan cianosis (piel azulada) necesitan atención inmediata.

La exploración física de los pulmones puede ser normal, pero a menudo presenta una expansión (amplexión) mermada del tórax en el lado afectado, respiración bronquial auscultada con fonendoscopio (sonidos más ásperos provenientes de las vías respiratorias más grandes, transmitidos a través del pulmón inflamado y consolidado) y estertores perceptibles en el área afectada durante la inspiración. La percusión puede ser apagada (mate) sobre el pulmón afectado, pero con una resonancia aumentada y no mermada (lo que la distingue de un embalse pleural). Aunque estos signos son relevantes, resultan insuficientes para diagnosticar o descartar una neumonía; de hecho, en estudios se ha demostrado que dos médicos pueden llegar a diferentes conclusiones sobre el mismo paciente.

Virus

Los virus necesitan invadir las células para su reproducción. Normalmente los virus llegan al pulmón a través del aire, siendo inhalados por la boca o la nariz, o al ingerir un alimento. Una vez en el pulmón, los virus invaden las células de revestimiento de las vías aéreas y los alvéolos. Esta invasión a menudo conduce a la muerte celular, ya sea directamente o por medio de apoptosis. Cuando el sistema inmune responde a la infección viral provoca más daño pulmonar. Los leucocitos, principalmente los linfocitos, activan una variedad de mediadores químicos de inflamación ―como son las citoquinas, que aumentan la permeabilidad de la pared bronquio alveolar permitiendo el paso de fluidos―. La combinación de destrucción celular y el paso de fluidos al alvéolo empeora el intercambio gaseoso.

Además del daño pulmonar, muchos virus favorecen a otros órganos y pueden interferir múltiples funciones. La infección viral también puede hacer más susceptible al huésped a la infección bacteriana.[6][7]

Las neumonías virales son causadas principalmente por el virus de la influenza, virus sincitial respiratorio, adenovirus. El virus del herpes es una causa rara de neumonía excepto en recién nacidos. El citomegalovirus puede causar neumonía en inmunodeprimidos.[8]

Clasificación

Las neumonías puede clasificarse en:

Esta diferenciación puede determinar un espectro etiológico totalmente diferente; el tipo de inmunodepresión, su intensidad y su duración influyen en las principales etiologías a considerar y en el diagnóstico diferencial, pronóstico, manejo diagnóstico y terapéutico aconsejable.

En función del ámbito de adquisición

Clasificación pronóstica

Fine o PSI.

Existen dos clasificaciones pronósticas de la neumonía o pulmonía:

CURB65.

De cualquier forma, la decisión debe ser individualizada en cada caso, basada en la experiencia y el sentido común y, en lo posible, debe tener en cuenta las posibilidades del paciente.

Causas

La neumonía puede ser causada por varios agentes etiológicos:

Diversos agentes infecciosos ―virus, bacterias y hongos― causan neumonía, siendo los más comunes los siguientes:

Signos y síntomas

Los siguientes síntomas pueden estar relacionados con la enfermedad:[11]

Diagnóstico

Neumonía apical derecha.
Muestras de diagnóstico
a) Pulmón sano.
b) Pulmón con neumonía.

El diagnóstico de neumonía se fundamenta tanto en la clínica del paciente como en resultado de Rx. Generalmente se usan la Rx de tórax (posteroanterior y lateral), analítica sanguínea y cultivos microbiológicos de esputo y sangre.[12] La radiografía de tórax es el diagnóstico estándar en hospitales y clínicas con acceso a rayos x.

En personas afectadas de otras enfermedades (como sida o Enfisema) que desarrollan neumonía, la Rx de tórax puede ser difícil de interpretar. Un TAC u otros test son a menudo necesarios en estos pacientes para realizar un diagnóstico diferencial de neumonía.

Tratamiento

Principal antibiótico por agente bacteriano
Subtipo histológico Frecuencia (%) Antibiótico
Streptococcus pneumoniae[13] 31,1 En adultos sanos:
  • Azitromicina o
  • Doxiciclina.

Comorbilidades:

  • Levofloxacina o
  • Moxifloxacina o
  • Amoxicilina.
Staphylococcus áureus 0,4
  • Oxacilina o
  • Cefuroxima o
  • Cefazolina o
  • Amoxicilina y ácido clavulánico
Moraxella catarrhalis 0,4
  • Cefuroxima o
  • Trimetoprim-sulfametoxazol o
  • Cefotaxima o
  • Ceftriaxone o
  • Ceftazidima o
  • Ciprofloxacino o
  • Levofloxacina o
  • Azitromicina
Streptococcus pyogenes 0,4
  • Clindamicina o
  • Penicilina G o
  • Vancomicina
Neisseria meningitidis 0,4
  • Penicilina G o
  • Ceftriaxone o
  • Cefotaxima o
  • Ceftriaxone o
  • Cloranfenicol o
  • Ciprofloxacino o
  • Rifampina o
  • Eritromicina
Klebsiella pneumoniae 0,4
  • Cefotaxima o
  • Ceftriaxone o
  • Gentamicina o
  • Amikacina o
  • Piperacilina o
  • Imipenem o
  • Ciprofloxacino o
  • Trimetoprim-sulfametoxazol
Haemophilus influenzae 0,4
  • Azitromicina o
  • Doxiciclina.

  • Cefotaxima o
  • Ceftriaxone o
  • Amoxicilina o
  • Ampicilina o
  • Cloranfenicol
Neumonía atípica Legionella pneumophila 23,2
Mycoplasma pneumoniae 3,0
Chlamydophila pneumoniae 1,2
Pneumocystis jiroveci 10,7
Tuberculosis 0,4

La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente, los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo tiene que ser hospitalizada.

Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral. La elección de tratamiento antibiótico depende de la naturaleza de la neumonía, los microorganismos más comunes que causan neumonía en el área geográfica local, y el estado inmune subyacente y la salud del individuo.

El tratamiento de la neumonía debe estar basada en el conocimiento del microorganismo causal y su sensibilidad a los antibióticos conocidos. Sin embargo, una causa específica para la neumonía se identifica en solo el 50% de las personas, incluso después de una amplia evaluación. En el Reino Unido, la amoxicilina y la claritromicina o la eritromicina son los antibióticos seleccionados para la mayoría de los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad; a los pacientes alérgicos a las penicilinas se les administra la eritromicina en vez de amoxicilina. En Estados Unidos, donde las formas atípicas de neumonía adquiridas en la comunidad son cada vez más comunes, la azitromicina, la claritromicina y las fluoroquinolonas han desplazado a amoxicilina como tratamiento de primera línea. La duración del tratamiento ha sido tradicionalmente de siete a diez días, pero cada vez hay más pruebas de que los cursos más cortos (tan corto como tres días) son suficientes.[14]

Entre los antibióticos para la neumonía adquirida en el hospital se pueden incluir la vancomicina, la tercera y cuarta generación de cefalosporinas, las carbapenemas, las fluoroquinolonas y los aminoglucósidos. Estos antibióticos se suelen administrar por vía intravenosa. Múltiples antibióticos pueden ser administrados en combinación, en un intento de tratar todos los posibles microorganismos causales. La elección de antibióticos varía de un hospital a otro, debido a las diferencias regionales en los microorganismos más probables, y debido a las diferencias en la capacidad de los microorganismos a resistir a diversos tratamientos antibióticos.

Las personas que tienen dificultad para respirar debido a la neumonía puede requerir oxígeno extra. Individuos extremadamente enfermos pueden requerir de cuidados intensivos de tratamiento, a menudo incluyendo intubación y ventilación artificial.

La neumonía viral causada por la influenza A pueden ser tratados con amantadina o rimantadina, mientras que la neumonía viral causada por la influenza A o B puede ser tratado con oseltamivir o zanamivir. Estos tratamientos son beneficiosos solo si se inició un plazo de 48 horas de la aparición de los síntomas. Muchas cepas de influenza A H5N1, también conocida como influenza aviar o «gripe aviar», han mostrado resistencia a la amantadina y la rimantadina. No se conocen tratamientos eficaces para las neumonías virales causadas por el coronavirus del SRAS, el adenovirus, el hantavirus o el parainfluenza virus.

Véase también

Referencias

  1. Real Academia Española (2014), «neumonía», Diccionario de la lengua española (23.ª edición), Madrid: Espasa, http://dle.rae.es/?w=neumon%C3%ADa&o=h, consultado el 19 de marzo de 2015.
  2. Real Academia Española (2014), «pulmonía», Diccionario de la lengua española (23.ª edición), Madrid: Espasa, http://dle.rae.es/?w=pulmon%C3%ADa&o=h, consultado el 19 de marzo de 2015.
  3. pneumonia en el Diccionario de eMedicine
  4. Varios autores. Brote epidémico de neumonia por Legionella pneumophila en niños cubanos Hospital Pediátrico Universitario “William Soler”. Consultado el 10 de mayo de 2013.
  5. Rigoberto Marcano Pasquier. Las neumonías Medicina Preventiva Santa Fe. Consultado el 10 de mayo de 2013.
  6. Neumonía viral Medline Plus. Consultado el 10 de marzo de 2013.
  7. Neumonía viral Allina Health. Consultado el 10 de marzo de 2013.
  8. 1 2 G. Pérez Chica. Infecciones respiratorias en el paciente inmundodeprimido Neumosur. Consultado el 10 de mayo de 2013.
  9. Cotran, Kumar, Robbins (1995). «15». En Schoen, FJ. Patología Estructural y Funcional (5a edición). p. 767. ISBN 84-486-0113-0.
  10. Neumonía atípica Medline Plus. Consultado el 10 de marzo de 2013.
  11. Medlineplus - Neumonía en adultos (extrahospitalaria)
  12. Diagnóstico de Neumonía News Medical. Consultado el 10 de mayo de 2013.
  13. Pneumococcal infections
  14. Tratamiento de la neumonía News Medical. Consultado el 10 de mayo de 2013.

Enlaces externos

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